Cruje la madera en las tardes de primavera
y las beatas que fatigan el coro con sus rezos
asisten, turbadas, al ímpetu de la memoria de la savia.
Sus corazones susurran las antiguas melodías
de la música a capela, las vetas de la carne
se sostienen sobre un armazón de notas:
sándalo, palosanto, cedro del Líbano, caoba,
que bien pudieran ser bálsamos o perfumes orientales,
pues visten de nostalgia los duelos, los confortan,
en una cascada salvaje de aerolitos encendidos.
¡Qué desazón tan lenta, qué desgarro inesperado
el de las fibras salpicadas de ascuas palpitantes!
En bibliotecas y museos, ajenos al comején del siglo,
duermen el sueño de los justos, en silencio turbio,
los libros miniados, los historiados volúmenes
que un día se iluminaron con el oro de los reyes
y en el atril vencieron sus lomos de cuero guarnecido.
Apenas nadie interpreta los laberintos de sus hojas
y comprende los delicados trasuntos del bosque,
donde pían los pájaros exóticos de roncas voces.
Y qué alegría estalla en las copas de los árboles
cuando se retira Selene ante la diosa de rosáceos dedos!
Si la tristeza se destila en odres amargos de crudeza,
de entraña negra y sombra taciturna, aborrecida,
para la luz y la mañana se engalanan los torrentes,
corren palpitantes de ansia y vida aguas abajo,
inventando los salmos, concibiendo los himnos
que sonarán después en las presas eléctricas.
Un hormigueo recorre la espina dorsal de los orfebres
que trasmutan el rayo en cuentas y diamantes.
Los catálogos pueden recoger el número, la calidad,
el estado de conservación y su manufactura,
con una precisión arqueológica que raya en la demencia:
colección de mariposas, sarta de perlas refulgentes,
repertorio de grillos que no frotan sus patas en la noche.
Pero los facistoles se resisten, firmes, a la condena
y se revuelven inesperadamente en sus troncos secos,
agitando brevemente la existencia de las sombras,
exigiendo de la memoria ritmos y armonías,
negando el imperio del olvido y los silencios.
(Este poema obtuvo el Segundo Premio en el XVI Encuentro de Poesía "Premio José Carlos Capparelli" en Buenos Aires en 2014. Asimismo ha sido traducido al valenciano y publicado en el llibret "Sintonía 2024" de la Falla Plaza Elíptica de Gandía)
Precioso y evocador, Jesús. Siempre me resultó curiosa la palabra facistol.
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