Excéntrica hasta la muerte, así fue la existencia punzante de la tía Santiaga. Sus sobrinos, veinticinco, algunos con el mismo nombre que ella pues los presentó en la pila bautismal, hubieron de escuchar que las exequias durarían once días, según el rito de las incineraciones micénicas, pira funeraria incluida, y que con ella arderían las joyas que heredó de su madre, la primera edición de “La desheredada” firmada por el propio Galdós en 1881 y el cincuenta por ciento de su capital en papel moneda. Lo que restase de su fortuna, una futesa, se lo podrían repartir equitativamente entre todos.
Enhorabuena, Jesús. Y a ver si de finalista pasas a ganador!
ResponderEliminar¡Genial! Me cae bien la tía Santiaga, excéntrica sí, y con un toque de mala sombra.
ResponderEliminarEnhorabuenaJesus.Siempre pense que eras un potencial ganador. Eres bueno
ResponderEliminarGenial como siempre!!!
ResponderEliminarMuy buena la decisión de la tía Santiaga, a saber como se habían portado sus sobrinos para decidir así sus bienes.
Mi enhorabuena 💙💙
Me encanta la tía Santiaga... Jajaja, yo creo que voy a copiar algo de ella para mis exequias.
ResponderEliminarY encima todo esto no parece que tenga fin.
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