lunes, 1 de agosto de 2016

Es inútil



Es inútil, doctor, que me busque las venas.

Ya solo tengo barcos,
naves viejas y negras
que me surcan de pies a testuz,
dejando una estela de delfines a mi espalda.
Si se fija bien, verá los chapoteos descuidados
a la altura del coxis
y algunas ballenas taponando la carótida.

Pero sangre,
lo que se dice sangre,
no me queda.

Si acaso fuera imprescindible para sus análisis,
búsquela en las paredes de la Alfama,
rastréela en las tabernas junto al Tajo,
despíntela de los azulejos
donde zurearon las palomas torcaces
de mi amor por Lisboa.

Nada más tengo.
Ya le he dado hasta la nostalgia de sus calles.
El resto es una historia de amor
tan intenso,
que no ha dejado en pie
ni el ardor de la sangre.

Ya solo tengo barcos.
Y el mar para desgarrarme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario