lunes, 23 de abril de 2012

Sintaxis del olivo


LÍNEAS YUXTAPUESTAS

          Yo sé que se han parado en estos cables
        las aves que marcharon hacia el sur,
        buscando la bonanza en el invierno.
        Y también que después, de vuelta al norte,
        se han orientado libres en el aire
        escrutando las líneas paralelas.
        Como si fueran postes del telégrafo,
        como si acaso fueran pentagramas,
        los olivos dibujan desde el suelo
        un mapa de avenidas musicales.
        Las aves solo tienen que seguirlo,
        dejándose guiar por la nobleza
        de quien todo lo da por nada a cambio.
        ¡Olivos que tenéis brazos abiertos,
        generosos mojones del camino!




        UNIÓN COPULATIVA

        En las tardes de niebla, en la distancia,
        cuando los sueños guardan los trujales
        y los labriegos miran solitarios
        la triste soledad de los barbechos,
        triunfa el invierno como un amo viejo.
        Se ha detenido el mundo bajo el frío,
        como si muchas vidas se secaran.
        Los olivos parecen dibujarse
        como líneas oscuras en la tierra,
        trazando un horizonte de esperanza.
        Si acaso semejara que están muertos,
        es tan solo un reposo transitorio:
        los olivos habrán de dar su fruto,
        habrán de recogerlo los braceros,
        cuando impere el estío en las colinas.



      ANTE LA ADVERSATIVA

      Los troncos se retuercen en su mundo
        de vientos azuzados por jinetes,
        elevando sus ramas victoriosas
        más allá del perfil de las arenas.
        Vienen de un mundo árido y reseco,
        con su carga de años y de frutos;
        nos traen la memoria del pasado,
        la insobornable fuerza del guerrero,
        el misterioso canto de los dioses.
        Los olivos entonan en las tardes,
        cuando el rumor del agua es un arcano,
        una danza furiosa contra el aire
        que pretende robar sus sueños viejos;
        resisten, sin embargo, a los embates
        y surgen como héroes del tiempo,
        para traer noticias de la aurora
        y permitir el triunfo de las alas.     
        En su ascensión hay un rumor de estrellas
        que cobija las ansias del océano.
        ¡Quién fuera olivo, quién superviviente
        de esta guerra larvada contra el cierzo!
        Yo me siento orgulloso de su danza.



        CONDICIONAL POSIBLE

      Si acaso me perdiera en la penumbra
        de los mundos oscuros de la urbe,
        y no pudiera verte con mis ojos,
        si acaso confundido te olvidara
        sumergido en las noches del asfalto,
        y no pudiera amarte con mis besos,
        si acaso un día yo te traicionara
        con los cristales verdes de la aurora,
        y ya no recordara tu memoria,
        si algún día llegase ese momento,
        porque la carne es débil y no tiene
        la misma fortaleza que tu savia,
        perdóname, olivo centenario,
        no me juzgues por vano, que soy tuyo,
        y ofréceme tus frutos y tus hojas:
        dame la luz en ese día oscuro,
        dame tu verde, dame tu armonía.



      SUBORDINACIÓN FINAL

        ¿Para qué tanto esfuerzo? ¿Tú lo sabes?
        ¿O acaso aún lo ignoras como yo
        lo ignoro? ¿Para qué la resistencia
        contra el viento, tu danza contrahecha,
        las ramas bordeando los caminos,
        el furioso granar del fruto verde,
        el presentido aroma del aceite?
        Mi memoria se llena con tu nombre:
        huerto de olivos, palmas, multitudes,
        óleos sagrados para la esperanza,
        la lechuza volando por la iglesia,
        quemándose en las lámparas el luto.
        ¿Para qué tanto esfuerzo? ¿Tú lo sabes?
        ¿O acaso te callas por respeto
        de quiénes no sabemos todavía
        que tu destino es alto, como el cielo?


2º premio del XXXIV Certamen de Poesía del Ayuntamiento de Cheste, 2007







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