lunes, 3 de julio de 2017

Padre


Me baño en tus ojos azules, prístinos
-como la mecánica de los ritos estacionales,
la terquedad en estado puro-,
y me veo en el azul no limpio de los míos;
me gustaría recuperar aquella caja de pinturas,
mi premio de caligrafía de primaria,
y emborronar con el marrón y el negro
mis iris y mis cejas; dejar atrás
los espacios en blanco del silencio,
la huida amarilla hacia los campos,
la solitaria amapola, y subrayar
la energía del ánimo, la madrugada,
la tenacidad de la vida saludable,
sin complicaciones ni afectos,
manchando de negro los contornos
de la herencia y la genética,
desdibujando el rito,
estampando mi propio exlibris
con letras góticas y negras.

(publicado en "Los útiles del alquimista" -información en este enlace-, Tafalla 2010)



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