lunes, 13 de febrero de 2012

Imanes en la nevera






Un gato con un cascabel, la luna con fondo de noche,

un pájaro multicolor, las alas desplegadas,
una casita encalada de blanco, una maceta,
buzones de correos de Londres, el Cafe de la Paix,
un barco a punto de salir de puerto, una flamenca,
algunos cocktails con hielo on the rocks,
una paella, un Don Quijote sin Sancho,
tranvías de Lisboa, azulejos granadinos,
una estrella de mar, varias ovejas de colores,
un Papa Noel, flores del jardín de Monet,
un reloj de estación, un drago milenario,
latas de atún Ortiz, la abuela de las latas de fabada,
el Coliseo romano, el Temple Bar de Dublín,
la puerta de la casa de Shakespeare junto al Avon,
una jarra de cerveza, una niña con flores,
una vaca muy seria con un cencerro muy grande,
cajas con huevos, vino de marca en cajas de madera,
una cruz, una fotografía del acueducto de Segovia,
cogollos de Tudela, un Sanfermín negro,
la Virgen del Pilar dice, libros antiguos cubiertos de polvo,
una zapatilla de ballet, el niño de los Simpson,
un décimo de lotería navideña, un torero,

todos,

todos sostienen la última nota
que escribiste en el papel rayado
del amor de siempre

para dejarme en la nevera.

¡No veas qué solos parecen
contra la superficie blanca
los imanes que compráramos juntos!

¡Y cómo sobra su absurda presencia
entre nuestros objetos!

Cada mañana son testigos de mis primeras horas
y de la tristeza con que vivo en tu ausencia.

Y son los últimos que ven cada noche
cómo me tomo el ansiolítico
antes de meterme en la cama,
para buscarte en los límites de la tela y la madera.

Entre todos los imanes,
eliminando las holguras que había entre ellos,
con la dedicación de un artesano,
he conseguido hacer un pequeño hueco,
lo suficiente para añadir un nuevo imán
a esta colección de amor y de años.

Trae el que quieras.
Lo vamos a poner sobre la palabra “adiós”.

Tal vez un bebé en su carrito.
O una paloma blanca con su ramo de olivo en el pico,
o la fruta de la pasión.

Puedes ponerlo con tus manos

suavemente

antes de que te abrace una vez más
y seamos de nuevo el imán y el hierro.



Tercer premio del VII Certamen de Poesía Villa de Herencia
(Herencia 2010)

2 comentarios:

  1. Me encanta!!! Y no te lo vas a creer pero tengo un cuento de amor con post it en la nevera... cualquier día te lo mando. Pero este poema me gusta mucho!! Seguramente te merecías el primer premio, pero ya se sabe lo que pasa en los certámenes. Un beso, Rocío

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  2. Bueno, mejor no quejarse mucho, que a lo mejor ni te dan el tercero... El mundo de los premios literarios, tú lo sabes, tiene muchas oscuridades y muchas manos interesadas. Es difícil si, como yo, no quieres padrinos. Un beso.

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